Blog ciencia-ficción

Nada de fantaciencia, ni de literatura especulativa, ni de ficción científica, ni tampoco de literatura futurista. Sólo ciencia ficción.

Universo de pocos

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lunes, 30 de abril de 2018

“Estación Central” de Lavie Tidhar


"Estación Central” de Lavie Tidhar            Después de setenta reseñas uno ya no sabe qué hacer para no repetirse y atraer a los lectores. Así que después de tres años haciendo reseñas voy a darme el gustazo de comentar este libro a través de una auto-entrevista. Algunos se hacen selfis, pues yo me entrevisto a mí mismo. ¿Quién va a entrevistarme sino?

            Antes de empezar con el libro me gustaría hacerte una pregunta. ¿Tienes tendencias masoquistas?
            No me parece una pregunta muy oportuna en este momento. ¿Qué te hace creer eso?
            Lo pregunto porque las dos reseñas que has escrito de Lavie Tidhar no fueron muy favorables y sin embargo aquí estás, reseñando Estación Central.
            Comprendo lo que quieres decir, pero no se trata de masoquismo. Tanto en “Osama” como en “Un hombre sueña despierto” Tidhar eligió a dos personajes deleznables de la historia para contarnos dos relatos que además de disparatados no llegaban a ningún lado. En parte me parecieron un engaño, novelas de a duro disfrazadas de alta literatura. La primera es una extravagante reflexión sobre el terrorismo que no logra cuajar y la segunda un absurdo y poco elegante ajuste de cuentas. Estación Central parecía algo completamente distinto, no se trata de una ucronía, el libro está constituido a base de historias que se desarrollan en la Estación Central, en Tel Aviv, algo muy diferente a lo que había leído hasta ahora de este autor. Reconozco que mis reseñas anteriores fueron duras; cuando el resto de opiniones que podían leerse eran más bien entusiastas, yo me arriesgué a dar una opinión desfavorable. Si se discrepa de tal manera con los demás se empieza a dudar de uno mismo y supongo que por eso y porque la sinopsis me parecía interesante he querido darle una nueva oportunidad a este premiado autor. Volviendo a la pregunta que me hacías al principio, creo que algo de eso hay que tener para leer a Tidhar.
            Intuyo que no te ha gustado mucho.
            Digamos que ha habido momentos en que hubiera preferido emplear mi tiempo haciendo otra cosa, como poner la lavadora, por ejemplo.
            ¡No me digas! ¿Puedes resumirnos de qué va el libro?
            No es fácil hacerlo porque como te decía antes se compone de varios relatos, en concreto de trece, que están interconectados entre sí. Todos se desarrollan en la Estación central, que es una especie de aeropuerto gigante que permite conectar a los viajaros con el espacio. Alrededor de la estación se ha formado una especie de ciudad multicultural dentro de la misma Tel Aviv, llena de comercios, de cafeterías, lugares de ocio o para la oración. El autor más que contarnos una historia intenta transmitirnos el ambiente extraño y complejo en el que moran sus habitantes. Para crear esa atmósfera de extrañeza Tidhar apenas esboza los muchos prodigios que colman el libro y deja cosas sin explicar.
            Sin embargo, en muchas ocasiones te has quejado de libros en los que su autor no deja nada a la imaginación del lector.
            Supón que te dan las piezas para construir un coche, cualquier coche. No te dan ningún plano ni manual ni instrucciones para que lo montes. Con esas piezas, vamos a suponer que son muy maleables, que son como piezas de lego, puedes construir desde un maravilloso deportivo a un armatoste que no anda, el resultado final depende por completo de ti. Si con ese material logras construir un fabuloso deportivo, ¿de quién es el mérito? ¿De ti o de quién ha concebido las piezas?
            Es de suponer que quien ha concebido las piezas lo haya hecho con una función precisa...
            O puede que no. Puede ser el primer sorprendido al ver los diferentes coches que se pueden montar con sus piezas.
            Sin embargo, un libro no es lo mismo que  un coche. Y además la grandeza de una obra literaria está precisamente en que puede dar lugar a diferentes interpretaciones.
            Ya, pero así como un coche tiene que servir de transporte para que pueda considerarse un coche, una obra literaria debe transmitir algo al que lo lee.
            Y "Estación Central" no lo consigue...
            Algunos relatos tienen más interés que otros, pero muchos me han aburrido y las peripecias que viven sus personajes me han provocado la mayoría de las veces indiferencia. También debo reconocer que hay un pequeño deseo de provocar con mis respuestas... Lo cierto es que el autor deja las cosas más claras de lo que parece en un principio. Para mí el mayor problema de la novela es que las historias costumbristas de ese futuro más o menos lejano apenas logran seducirme.
            El libro ha recibido muy buenas críticas y ha ganado el premio  “John W. Campbell Memorial ” a la mejor novela de ciencia-ficción, ¿qué puedes decir?
            Bueno, a muchos lectores parece haberles gustado esos sueños de un futuro afable, esas fantasías optimistas sobre un mundo “hiperconectado” en las que el autor ha dejado volar libremente su imaginación sin importarle demasiado que el resultado sea plausible o no. Lo curioso es que muchos de los relatos se publicaron por separado en revistas de ciencia-ficción; y si como novela el libro adolece de no tener una trama central, en general los cuentos tampoco se caracterizan por contar una estructura argumental definida.
            Muchas gracias por dedicarnos unos minutos para comentar esta novela.
            Gracias a ti por entrevistarme.

            Concluyo así esta reseña esquizofrénica con la que inauguro una nueva forma de comentar libros. Ahora sólo queda ponerle un nombre a este engendro. ¿Entrevieña? ¿Reseñivista? ¿Reseñavíu? A ustedes les dejo la elección.

jueves, 19 de abril de 2018

"La súbita aparición de Hope" de Claire North

"La súbita aparición de Hope" de Claire Northon            Que la sociedad es cada vez más superficial es un hecho comprobado. Sólo hay que fijarse en los periódicos digitales y comprobar cómo cada vez predominan más las noticias insustanciales, lo que está de moda, el “trending topic”... A la estulticia tampoco escapan el resto de medios de comunicación. Twitter es un buen ejemplo de ello y supongo que también Instagram, aunque por el momento no he sentido la llamada de las más que indiscutibles ventajas de este último. Lo cierto es que la gente publica toda clase de estupideces, fotos de lo que come, de lo que compra, de su gato haciendo monerías o de lo que un buen día descubre en su ombligo; las situaciones más peregrinas son sacadas del ámbito privado y exhibidas sin recato alguno... y lo peor de todo es que hay personas que se interesan por ello. A veces uno tiene la sensación de que si no está en las redes sociales no existe. Algo así le ocurre a Hope, la protagonista de la novela de Claire North.
 
            En un mundo en el que una aplicación de móvil llamada “Perfección” decide lo que es ser perfecto y concede puntos a los que más se aproximan a ese dudoso modelo establecido por la empresa, Hope es olvidada por todos a los pocos minutos. Nadie la recuerda, para la gente es como si no existiera y en esas condiciones a Hope le resulta imposible mantener la más mínima relación con nadie. Llega un momento en que ni siquiera sus padres la echan de menos. Como sucedía en Las primeras quince vidas de Harry August nos volvemos a encontrar con una protagonista que posee un don especial que no siempre le beneficia.
 
            A raíz del suicidio de una chica con la que simpatizaba y que utilizaba “Perfección”, Hope decide investigar a los propietarios de la empresa creadores de la aplicación. Dicha aplicación, que goza de gran popularidad, determina los ideales de belleza, lo que es saludable o no, lo que es interesante y finalmente la manera en que uno debe comportarse para pertenecer al Club 1x106, un club al que sólo los que más puntos acumulan pueden pertenecer, una élite a la que el resto del mundo admira y quiere parecerse. Para acumular puntos los usuarios deben comprar productos que benefician a la empresa y someterse a un caro tratamiento. Se trata de una clara metáfora del mundo en el que vivimos en el que todos quieren parecerse a las estrellas de Hollywood, a las modelos de Victoria’s Secret o a los futbolistas del Barcelona o del Real Madrid. Un mundo dominado por esa superficialidad a la que hacía referencia al comienzo. Hay un momento muy revelador en el libro en el que culpan a Hope de ser muy profunda, algo que a ojos de los demás la hace diferente y por tanto indigna de ser recordada.
 
            Durante todo el libro su protagonista derrocha conocimientos de todo tipo, en este párrafo que extraigo se retrata perfectamente a la sociedad actual:
            En el transcurso del siglo XX, las oportunidades que concedió el avance tecnológico redefinieron las aspiraciones sociales. La humanidad siempre aspira a más, es algo inherente a ella. La historia está repleta de «celebridades», aquellas personas que son aclamadas por una hazaña. Pero, durante el último siglo, nos hemos dedicado a celebrar el consumo.”
            Pero no piensen que la novela es un análisis profundo y desolador del mundo en que vivimos. La súbita aparición de Hope es ante todo una novela de intriga, de misterio, con una dinámica protagonista que no para de viajar de un lado a otro (Londres, Estambul, Tokio, Corea, Edimburgo...) y de emprender misiones imposibles aprovechando su facultad para ser olvidada.
 
            La prosa chispeante de North te hace avanzar páginas sin darte cuenta, sin embargo, a pesar de su gran esfuerzo, de su apreciable inspiración y de su originalidad sus algo más de seiscientas páginas acaban por hacerse repetitivas. Algo que no sólo se refleja en sus hallazgos literarios (algunos discutibles como su afición a separar palabras de una frase en líneas diferentes) sino también en las situaciones que vive una y otra vez su protagonista.
 
            Un libro entretenido, bien escrito, tal vez excesivamente largo, cuya premisa inicial y su posterior desarrollo nos hace esperar que a su término nos encontraremos con una importante revelación que remate adecuadamente la novela, algo que por desgracia no ocurre. Para que el libro no decepcione debe leerse como lo que es, un sofisticado y original “thriller”.