Blog ciencia-ficción

Nada de fantaciencia, ni de literatura especulativa, ni de ficción científica, ni tampoco de literatura futurista. Sólo ciencia ficción.

Universo de pocos

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jueves, 29 de diciembre de 2016

Cuento:"Luz"

A pesar del título Luz no es un relato especialmente luminoso, más bien todo lo contrario. Sin embargo, me ha parecido la mejor manera de acabar un año que para mí ha sido francamente sombrío. Espero que este año que viene sea mucho mejor para todos.

     

LUZ
por Carlos Morgenroth
  
Esperamos nuestro turno para entrar en el cuarto de luz. Rodeados por la oscuridad sólo nos oímos y tocamos. Nos vestimos de tinieblas. Nos alimentamos de negrura. Respiramos la noche. Podemos tocarla y tenemos que esforzarnos para movernos por ella. A veces parece resistirse y nos cuesta atravesar la sustancia de la que está hecha.
Y esperamos nuestro turno en la cola interminable. La espera es larga. Todo para un breve instante de luz. Será sólo un momento, un fugaz destello en toda nuestra vida. Luego volveremos a nuestra oscuridad perpetua. Respiraremos de nuevo las sombras, beberemos la misma helada tinta y cubriremos nuestros cuerpos ateridos de un manto de negritud. Volveremos a amarnos a ciegas. Moriremos.

domingo, 18 de diciembre de 2016

"El gigante enterrado" de Kazuo Ishiguro

El gigante enterrado de Kazuo Ishiguro            Cada novela de Ishiguro es un acontecimiento, por el tiempo que transcurre entre cada una de sus obras (han pasado diez años desde que publicara Nunca me abandones) y por tratarse de uno de los escritores británicos actuales más importantes. Ishiguro construye sus obras con la minuciosidad y delicadeza de un orfebre, cada adjetivo, cada palabra parecen escogidos cuidadosamente para crear en el lector el efecto o la emoción que el autor pretende. Cuando leo sus novelas muchas veces tengo la sensación de que algo importante se me escapa, de que entre sus palabras siempre queda una brizna inalcanzable, quizás en esa ambigüedad radique el secreto  de sus historias para calar hasta lo más hondo en el alma de sus lectores. Así me ha ocurrido desde que leí su primera novela Pálida luz en las colinas hasta Nunca me abandones, que era hasta hoy su última novela. Ambas son obras de temática muy diferente, la primera con una protagonista marcada por la tradición del Japón de los años cincuenta, un país que vive aún traumatizado por la reciente guerra mundial, y la segunda protagonizada por unos adolescentes que no se resignan a su sombrío final en un futuro cercano. Nunca me abandones fue la brillante incursión del autor en la ciencia-ficción, una obra magnífica que no me canso nunca de recomendar. Sin embargo, Ishiguro al igual que hacen otros autores reconocidos (como por ejemplo Margaret Atwood), se resiste a considerarla ciencia-ficción. Y eso que cada vez más escritores que no pertenecen al ámbito del género, entre ellos Philip Roth, Cormack McCarthy o Michael Chabbon, se han valido alguna vez de temáticas clásicas de la ciencia-ficción para narrar sus historias. ¡Qué le vamos a hacer! Se ve que dentro de la “gran literatura” aún no está bien visto etiquetar una novela como ciencia-ficción, aunque no haya lugar a dudas de que lo es. Si Flores para Algernon es ciencia-Ficción, ¿cómo no va a serlo Nunca me abandones? Asimismo, aunque su autor se resista a admitirlo, El gigante enterrado es una novela de fantasía.

            Lo primero que me llamó la atención de esta novela cuando comencé su lectura es la manera en que está narrada. En un primer momento me chocó por su ingenuidad y por su falta de modernidad, sobre todo al estar escrita por un autor que no se caracteriza precisamente por ser convencional. Como muestra, unas frases:
            “Pero regresemos a Axl y Beatrice. Como decía esta pareja de ancianos vivía en la zona más alejada de la red de madrigueras,...”
            “Acaso os resulte sorprendente lo poco que esa pareja conversaba mientras caminaba, ellos que tantas cosas tenían que decirse”
            En una entrevista Ishiguro declaró haber reescrito la novela por completo debido a que a su mujer no le había convencido el tono en que estaba relatada. Por lo tanto cabe suponer que la voz elegida para el narrador en su versión definitiva ha tenido que ser muy meditada por el autor.  Se trata de una voz de otro tiempo que me traslada a un remoto lugar de Inglaterra donde me imagino sentado al amor de la lumbre escuchando absorto a un anciano lugareño contarme este cuento. Porque al final El gigante enterrado no deja de ser un cuento tradicional, con caballeros, hechizos, ogros y dragones al que Ishiguro dota, eso sí, de su particular personalidad. Los protagonistas de esta aventura, en lugar de ser la habitual pareja de jóvenes enamorados con un esperanzador futuro por delante, son una pareja de ancianos que apenas recuerdan su pasado, un ayer en común que por alguna razón temen desvelar. En la novela de Ishiguro el mítico caballero de la tabla redonda Sir Gaiwan es un viejo algo desquiciado y quijotesco que apenas puede con su armadura. Y el dragón es un dragón que no da ningún miedo. Los personajes de El gigante enterrado no son desde luego como uno esperaría que fueran en una novela de caballería.

            Según mi parecer estamos ante una sorprendente y hermosa novela de fantasía muy recomendable con la que sin embargo Ishiguro no alcanza la perfección de su anterior novela. Esa acertada metáfora de lo que implica la vida, Nunca me abandones cala mucho más hondo que esta reflexión pesimista sobre la imposibilidad de perdonar. Según mi humilde opinión el mensaje que transmite El gigante enterrado queda demasiado manifiesto y a pesar del bello y ambiguo final, marca de la casa, desluce en parte su acabado. Aún así temo que Ishiguro tenga razón y que sólo un olvido generalizado de los horrores permitirá que alguna vez vivamos en paz. Así que busquemos un dragón cuanto antes.