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Universo de pocos

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domingo, 27 de noviembre de 2016

"Apocalipsis suave" de Will McIntosh

Apocalipsis suave de Will McIntosh            Conocía a Will McIntosh por su relato Frigonovia publicado en España en la antología editada por Mariano Villarreal A la deriva en el mar de las lluvias y otros relatos, ya reseñada en este blog. Un relato con una idea muy original a la que el autor no logra sacar todo el partido,  aún así con el suficiente interés como para querer leer algo más de este autor neoyorquino. La oportunidad ha llegado con esta obra publicada por Gigamesh, una editorial que con el derrumbe de la Factoría de Ideas parece haber salido de su estado de semi letargo lanzando en unos pocos meses más libros que en el último lustro. El título Apocalipsis suave no deja lugar a dudas de que se trata de una novela apocalíptica, la única diferencia con respecto a otras obras, y que llamó mi atención, es que en este caso la causa no se debe a un cataclismo, la Tierra no colisiona contra un asteroide, ni se desata una guerra atómica, ni tampoco se propaga un virus mortal, la causa es más compleja y actúa mucho más lentamente, aunque con la misma crueldad. La originalidad de McIntosh consiste en imaginar un futuro en el que la crisis económica mundial  ha terminado por enquistarse sin que los diferentes gobiernos puedan ponerle remedio. Las consecuencias sobre la población con menos recursos se van agravando paulatinamente y con los años terminan por afectar a todos, de ahí el título: Apocalipsis Suave. Una idea que a priori parece interesante.
 
            La novela me ha gustado y no me ha gustado. Esta contradicción totalmente incomprensible ha confirmado algo que me venía inquietando desde hace algún tiempo, que no soy una persona única y monolítica, que al igual que España es una nación de naciones, yo soy una persona de personas.
 
            La parte de mí, digamos que la más emocional y menos reflexiva, ha disfrutado sin ningún pudor con esta breve novela situada en un desolador futuro próximo. Y es que a mi yo de corazón impresionable le resulta muy fácil dejarse llevar por la prosa diáfana de McIntosh y sumergirse en las peripecias de su protagonista, Jasper, sufriendo cada desengaño, cada padecimiento y cada pérdida con la misma intensidad que el propio protagonista. Sin embargo, a este yo sensiblero y blandengue aún le queda la suficiente capacidad de raciocinio como para reconocer que Jasper es inmaduro y pueril. Aún y todo, se hace querer y está lleno de buenos sentimientos. Además, según la opinión de este yo, la novela está llena de acción y no aburre en ningún momento, con un final que, aunque esperado en este tipo de novelas, le resulta sobrecogedor y le arranca más de un lágrima.
 
            Mi lado más racional está en completo desacuerdo.  A éste la premisa inicial del relato de contar lo que podría suceder en el mundo en caso de continuar la crisis le parece interesante, pero cree que el autor termina por traicionarla. De esta manera la historia acaba convirtiéndose en una novela apocalíptica más, con las habituales bandas de asaltantes, robos en supermercados, virus letales y gente capaz de hacer lo que sea, por terrible que pueda parecer, con tal de sobrevivir. Mi lado más cerebral, y por lo tanto más cenizo, es incapaz de disculpar el cúmulo de casualidades en las que se apoya la trama. Jasper parece tener el don, no sé si afortunado, de congregar a todas sus ex, y es que llegando al final de la novela, en uno de los momentos de mayor tensión, todas terminan a su lado. Sin embargo, este otro y frío yo no es del todo inmune a las emociones y reconoce que el autor, a pesar de la poca verosimilitud de la situación, sabe manejarla con solvencia y logra momentos de intenso dramatismo.
 
            Dentro de mí surgen más voces que no quieren ser menos y que también desean ser escuchadas en este blog. Voces a favor y en contra. Una, de sesgo ecologista, apoya las advertencias contra los desastres ambientales, por el contrario a otra voz le parece inverosímil y simplista todo lo que tiene que ver con el bambú modificado. Otro yo con aspiraciones literarias se burla del estilo ingenuo con el que la obra está escrita. Son muchas voces... No puedo seguir, antes he de poner orden a este lío y detener tanto afán de protagonismo. Tal vez un virus como los que proliferan en esta novela acabe con esta esquizofrenia y logre un reseñador más ecuánime. Tendréis que esperar a la próxima reseña para averiguarlo.

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